El sábado pasado, la Sala de las Artes se llenó de metal y pogo en la única presentación del año de Horcas en Rosario. La mítica banda argentina brindó un show explosivo que repasó sus clásicos de siempre y anticipó su nuevo disco, que saldrá a la luz este año.

Un ambiente “pesado”

Tras una semana de lluvias intensas en la ciudad, el sábado el cielo amagaba con seguir con las tormentas, pero de todas formas me subí a la moto y encaré para la Sala de las Artes (ex Willy Dixon), confiando en que no iba a llover, aunque si pasaba no me interesaba, porque hacia meses que tenía ganas de ver Horcas en vivo. 

Desde que me enteré que venían empece a manijearme para estar ahí. Quienes están leyendo del otro lado, saben que un recital de metal tiene ese no se qué. Es distinto. El aire, el ambiente y la gente es distinta. Se siente diferente.

El público esperaba ansiosamente la llegada de Horcas. El negro, color emblema del metal, inundaba la mítica esquina rosarina.

Apenas las luces se apagaron y sonaron los primeros acordes, el público estalló en un grito ensordecedor. Horcas irrumpió en el escenario con un sonido demoledor, fiel a su estilo crudo y directo.

Horcas es una patada en el pecho por como suena, apenas comenzaron los acordes fue como un  grito “uhhhh” generalizado, como si fuera un grito de guerra del público extasiado por comenzar a hacer pogo y agitar al ritmo del metal. Un sonido increible, super potente y ajustado.

Desde el primer momento hubo pogo.

Y no pogo careta de banda indie, pogo en serio.

El pogo metalero es el más seguro, porque la sensación de hermandad que hay hace que todxs cuiden de todxs. Si vos te caes en un pogo, vas a ver manos que aparecen para levantarte. Allí estamos todxs para divertirnos y pasarla bien. 

Eso se sintio en el aire este sábado. Y se sintió tanto en el público como en la banda, porque cuanod observaba la banda, se les notaba una felicidad por tocar en vivo. Felices de estar, nuevamente, en el escenario del Willy Dixon (si varias veces ellos nombraron que recordaban su nombre anterior).

Repasaron clásicos y recorrieron su historia, anunciando que este año un nuevo disco sale a la luz. También momentos épicos con “Seek and destroy” de Metallica y “Destrucción” de V8. 

Walter Meza, el cantante de Horcas para quienes no saben, se lo notó sumamente feliz en todo el show. Brindó por Ricardo Iorio y mando buenas energías para la ciudad rosarina, aludiendo que estabán al tanto por la situación de violencia por la que atraviesa la ciudad.

Me cuesta ser objetivo, porque realmente necesitaba un show de este estilo. Un show de heavy metal puro y derecho. Con riffs, pogos y sobre todo la hermandad del metal.