El rocanrol nunca morirá – Caras Extrañas

Txt: Fabricio Fioranelli / Ph: Elvio Alcaraz

Las cosas no parecen haber cambiado mucho cuando el primer acorde de un rock and roll vuelve a sonar.

Esta fue la sensación que vivimos quienes, pese a la incesante lluvia que marcó por completo la jornada del sábado, nos acercamos hasta La Sala de las Artes para disfrutar del show que nos permitió tener en la ciudad una vez más a Caras Extrañas.

La cita era en la mítica esquina de Pichincha, donde funcionó Willie Dixon, aquel bastión de la música local que supo verse a rebalsar con las presentaciones de los bandas del rocanrol en los 2000. El horario era temprano (para lo que solían ser los shows de la 25 en las décadas pasadas) y por eso no me sorprendió ver el lugar con bastantes espacios vacíos. Pero como esperaba que sucediera, tal vez por la cuestión climática de fondo, la gente comenzó a llegar sobre el horario estipulado, haciendo que el ambiente ya se sienta mucho más completo.

Y de repente, se apagan las luces, se abre el telón, y Mauricio “Junior” Lescano sale a escena para regalarnos los primeros sonidos de “Tres acordes” y desatar la fiesta en el lugar.

Es que el ex fundador de La 25 sabe lo que tiene que hacer y lo hace. Moviliza con sus letras y su música un poquito del interior de cada una de las personas que lo están viendo. Maneja los tiempos como nadie (seguramente usando su timing de ex futbolista) haciéndonos pasar de la atención plena, cada vez que presentaba alguno de los temas del álbum debut de la banda como “Prueba urbana” o “El dije”, a la nostalgia de las viejas baladas que lograron mover nuestros recuerdos de la adolescencia, sin dejar de lado la exaltación y ganas de poguear con los clásicos rocanroles que ya tenemos impregnados en nuestra memoria y nunca dejan de perder vigencia.

Así fue pasando un show de casi dos horas donde la formación (con algunos protagonistas de la escena rockera Argentina como “arito” Rodríguez, ex Viticus, o Gastón Picasso de la Mississippi) fue intercalando temas de su más reciente trabajo “12 Pócimas” con grandes momentos 25 como “Mil canciones”, “Hasta la victoria”, “Chica del suburbano”, “Así es el rock and roll” o “Barrio viejo”, para que nunca falte el coro de la gente sobre las frases que también podían verse plasmadas en las banderas que decoraban el lugar. Banderas que a diferencias de otras épocas donde abundaban las de palo en el pogo, ésta vez se veían colgadas de las barandas del lugar, identificando distintas ciudades como Solano que dan muestras de una cultura que ya está alejada en muchas bandas de ésta característica, del seguidor viajando a otra ciudad a ver a su banda.

Sin dudas la música sonó ajustada y pulida, acorde a una banda que viene trabajando para girar por distintas ciudades del país con su disco nuevo, llegando a Córdoba o Mar del Plata, y que prepara para llevar su fiesta al mítico Luna Park el próximo 25 de mayo.

Y obvio que Rosario, ciudad trascendental para la historia de nuestro rock, no fue la excepción a esa fiesta, con todas las pruebas sobre la mesa, cuando en el momento pico de la noche, mientras sonaban los acordes de “Solo voy”, se pudo escuchar al unísono el grito de todos los que estábamos presentes, remarcando un mensaje que muchos llevaron en sus remeras, banderas y hasta tatuado en la piel : “…más pasa el tiempo, más 25 soy”.