Txt: Nico Eliceche – Ph: Elvio Alcaraz

El sábado pasado estuvimos con Rockografo en el Metropolitano para disfrutar de Skay y Los Fakires.

La verdad que no hay mucho para decir sobre está mítica figura del rock nacional, que con sus 71 años se para arriba de un escenario para hacer que una multitud se vuelva loca con sus temas. A ver, porque digo que no hay mucho para decir, porque fue un show de la recontra hostia. Un show rockero a lo vieja escuela. Nada de pistas o cosas extrañas, solo dos guitarras, un bajo y una batería. Esa es la fórmula para rockear. 

Como buena mística que rodea al corazón de Patricio Rey, la previa del show se dio en el parque Scalabrini Ortiz, en donde las birras, el fernet y el vino pasaban de mano en mano, acompañado por cánticos y alegría de toda la gente que ansiaba ver a Skay. 

El show comenzó como una buena patada a la cabeza de rock. Nada de parafernalias o cosas extravagantes, solo la banda saliendo al escenario ante los gritos extasiados del público, se acomodan en sus lugares y a darle caña nomás. Entre el público se sentía la alegría de estar presenciando a un músico tan mítico de manera tan correcta. Correcta porque realmente es impecable musicalmente, un relojito. Sonaron increíbles y super ajustados. 

En el show sonaron clásico de su era solista y obviamente clásicos de los Redondos. Yo, quien nunca había visto a Skay en un show propio, siempre fue en algún contexto de festival, me quede con la boca completamente abierta con lo que estaba viendo. Primero es un músico que tranquilamente puede prescindir de tocar los temas de Los Redondos, porque su público es fiel a su música, y además su carrera solista es completamente sólida como para sostenerse por sí misma. Ahora, eso no significa que reniegue de su pasado como guitarrista de los Redondos, porque en la noche sonaron 5 temas que volvieron loca a la gente. Obviamente entre ellos el clásico Jijiji, que estuvo a la mitad del setlist. Momento justo para que suene, y momento que explotó el metropolitano. 

Fue un show de rock, en donde se lo notó muy feliz a Skay y muy cómodo en el escenario. Algo que se sintió en la música y la performance en vivo, porque es increíble lo ajustado que sonó.

Terminó el show y el comentario de todos los que estábamos allí fue de alegría acompañado por la palabra “increíble”. Porque realmente fue un recital increíble, algo que hacía tiempo no sentía. Un show de rock puro y derecho.

Metropolitano

Entradas: conseguí tus entradas por Turboentrada.com