La heredera del rock – Wayra Iglesias en Casa Brava
Crónica: Sofia Meneghetti / Fotos: Elvio Alcaraz
La noche del pasado jueves, Rosario contó con la visita de una nueva voz del rock argentino, Wayra Iglesias
Admito que al momento de ser invitada como cronista para este show, no la conocía, y mas allá de tener referencias, no sabía a ciencia cierta con que me iba a encontrar . El trajín de la semana hizo que no tuviera demasiado tiempo de ocio para indagar exhaustivamente en los temas de la artista (están en todas las plataformas), pero también quise reservarme el derecho a la sopresa.
El ya ultra-conocido escenario de Casa Brava fue el lugar de encuentro. A diferencia de otros jueves, me sorprendió la poca cantidad de mesas en el salón. Pero después entendí, es que claro, el espacio se dispuso para un show que invitaba a directamente levantarse de cualquier silla. El público que se dio cita esa noche, a diferencia de esta desprevenida espectadora, parecía conocer muy bien a Wayra. Se vivía, ya desde antes un clima de festejo, de re-encuentro, y también de familia. Es que claro, después entendí: Wayra es hija de Silvina Cendón, la baterista de Q´Acelga y de Tete Iglesias, el bajista de La Renga. Esa era la sensación que tuve, esa mística, ese clima de comunión con aires de “Los mismos de siempre”.
Wayra abrió el show con temas propios, de su primer disco. Y también hizo un recorrido por algunos clásicos de Pappo, Rolling Stones, su idola Amy Winehouse y de su familia, La Renga.
¿Hubo invitados? Si, hubo invitados. El primero fue un gesto hermoso, convocó a una voz femenina joven y local, Mica Racciatti, para cantar “Huir” a puro sentimiento y vozarrones. El segundo fue el acompañamiento del Saxo de Matias Belmonte de Perro Suizo, un crack de la ciudad.
Su presencia escénica, la fuerza de su voz, el repertorio elegido y una banda formada por músicos de lujo, hicieron que sienta que el rock no es solo nostalgia del pasado. Es presente, y también tiene nombre de mujer, Wayra, que con sus 21 años, deja en claro que lo lleva en la sangre, lo lleva en lo vivido con su familia, pero también lo lleva adelante, y promete. Es una verdadera heredera del rock, y el saco no le queda grande. Parada sobre sus propios pies, poniéndole su propia voz y cuerpo, nos hizo vibrar, bailar, y nos permitió reencontrar, entre tanta data, tantos géneros nuevos, tanto torbellino de información, con la belleza del soul, el blues y el rock, y salimos renovados.