Psicotropía – 10 años de un festival distinto
Txt: Nico Eliceche / Ph: Elvio Alcaraz
10 Años de Psicotropia: La Música Independiente Vibró en Carcarañá
El Parque Sarmiento de Carcarañá volvió a ser el escenario de uno de los eventos culturales más significativos de la región: Psicotropia, que celebró su décima edición con una jornada que combinó música, naturaleza y una organización impecable. Este festival, consagrado como un bastión de la música independiente, reafirmó su esencia y su importancia.
La atmósfera del festival: entre escenarios y bosques
A diferencia de años anteriores, este Psicotropia ofreció dos escenarios montados, una decisión que favoreció la dinámica del público, creando un flujo constante de personas moviéndose entre espacios. La disposición permitió que se sintiera la “vibra de festival”, algo que en otras ediciones quizás había quedado en segundo plano. Sin embargo, algo que sentí fue mucho tiempo muerto, ya que los horarios simultáneos entre escenarios y el tiempo mientras se armaban los sets, no había nada de música en vivo.
Tal vez la propuesta de un desfase entre escenarios podría haber evitado esos momentos de espera donde ambos espacios quedaban en silencio, algo que puede romper con el ritmo del evento. Ojo, no me malinterpreten, es una opinión desde mi teclado sin haber estado en la producción, y más allá de esta observación, el Psicotropia estuvo increíble y con un nivel sonoro impecable en todas las presentaciones.
Momentos inolvidables sobre el escenario
El line up de este año, gracias a los dos escenarios, incluyó a muchas más bandas, y sobre todo me gustó muchísimo cómo supieron aprovechar al máximo el ambiente natural del parque. Jellyhead, no la conocía personalmente, y me sorprendió con una energía inesperada, tengo muchas ganas de verlos en un show propio. Suroculto, con su sonido “sucio” y pesado, se fusionó de manera perfecta con el entorno boscoso, generando una atmósfera oscura y doom.
Por otro lado, Los Cuentos hicieron honor a su reputación, cerrando el escenario B con un gesto memorable: pequeñas velas con pilas que iluminaron al público y crearon una conexión mágica. En el escenario A, Cepillo, banda insignia del festival, hizo su esperado regreso después de varios años (creo que la última vez que habían tocado juntos fue justamente en la edición 2022 del Psicotropia), si bien en este caso me cuesta ser objetivo por cuestiones de cercanía con la banda, no se puede negar que mucha gente fue al festi porque tocaba Cepillo. Si bien su horario temprano (18 horas, abrieron el escenario A) desconcertó a algunos, también funcionó como un buen motivo para que el público llegara temprano al parque Sarmiento.
Un festival que se mantiene firme en su esencia
Más allá de los ajustes logísticos que puedan mejorarse en futuras ediciones, Psicotropia dejó claro por qué ha llegado a 10 años de trayectoria: su capacidad para reunir a artistas y público en torno a la música independiente, destacando lo esencial en una escena que a menudo lucha por hacerse visible.
El clima ideal, la sombra de los árboles y la diversidad de propuestas hicieron que esta edición se sintiera especial. Psicotropia no es solo un festival, sino un refugio para quienes buscan algo más que entretenimiento: una experiencia donde la música, la naturaleza y la comunidad se entrelazan para celebrar la cultura. Que sigan llegando más Psicotropias.