Txt: Nicolas Eliceche – PH: Elvio Alcaraz
Otra vez vimos a Catriel y Paco Amoroso. Otra vez rockeamos. Otra vez funkeamos. Otra vez hip-hopeamos (?). Que lindo es ver a este dúo en vivo.
En Rockógrafo tuvimos la oportunidad de ver varias veces a Catriel y Paco. Los vimos en lugares pequeños, en lugares míticos como la Sala de Las Artes y ahora en el Hipódromo de Rosario. Ya desde que se anunció la fecha sabíamos que teníamos que estar, que iba a ser una experiencia nueva verlos en un lugar de ese tamaño, con otra puesta y con varios años de escenario encima.
Si nunca vieron a Catriel y Paco Amoroso, que lastima, porque se pierden de un show de la hostia, ambos tienen un manejo del escenario y público perfecto. Son divertidos, son trash, son rock. Realmente es un show para no perderselo. Entre los dos se complementan, tanto en lo que respecta a las voces como en la presencia sobre el escenario.
Tocaron el sábado pasado, y la verdad que hacía calor en la ciudad, mucha humedad y estaba pesado. Por eso el Fernet no faltó en la mano de los espectadores para enfriar el cuerpo, que desde temprano estaban agitando cerca de la valla. En la fila para pedir nuestra bebida algunos hablaban sobre el calor (obviamente) pero que se sentía un ambiente distinto, un ambiente festivo, una “vibra distinta”.
Mucha expectativa.
Cuando comenzó el show, comenzó la locura.
Increíble. Alta energía tienen ambos. En realidad mucha energía tiene toda la banda. Porque a pesar que ellos dos son quienes están al frente, tienen una banda que es increíble. Para nosotros el show fue in crescendo, las otras veces comenzó más como una patada en la cabeza, es decir super trash y arriba. En este caso comenzaron más funkeros/bailable, más “poperos”. Ojo no crean que fue “malo” el inicio, sino que fueron llevando al público para la segunda parte.
La gente estaba encendida literal, el calor no fue excusa para bailar o saltar. Pero porque era imposible no hacerlo, porque sobre el escenario la dupla no se queda quieta en ningún momento, son dos frontmans del carajo que llevan al público de una manera increíble y sobre todo se divierten, porque transmiten su alegría de estar sobre el escenario. Toda la banda transmite alegría, funk, baile y rock.
Dijimos más arriba que para nosotros hubo dos partes en el show, o dos climas, porque a mitad del show comenzaron a sonar los clásicos de la dupla. En ese momento se volvieron todos locos. Los saltos de Catriel al ritmo de las canciones contagian. Era imposible no conectar con la música. Era imposible quedarse ajeno.
McFly fue el momento de quiebre. El momento de mayor locura. Pero no fue casualidad para nosotros, porque todo el show fue llevado para explotar en ese momento. Y que lindo que fue.
Solo les digo que sonó McFly, Todo el Día y Jala Jala, o sea un tridente de temas extremadamente gancheros, son de esos temas que te ponen para arriba. No importa como estas, son canciones que te hacen querer saltar, poguear o bailar.
Fue un show corto pero potente. Lo justo para decir “Que buen concierto” pero también decir “No pueden terminar ahora”. Pero esta perfecto que pase eso, porque no es tan fácil lograrlo, no todos lo pueden lograr. Sea lo que sea, la próxima vez que Catriel y Paco toquen, ahí estaremos.